By Un grito de libertad que renació en Capotillo
Loma de Cabrera, República Dominicana. – Hoy, 16 de agosto, el país conmemora el 162 aniversario de la Gesta Restauradora, un capítulo trascendental en la historia nacional que devolvió la soberanía a la República Dominicana tras la anexión a España en 1861. El inicio de esta epopeya quedó marcado por el célebre Grito de Capotillo, cuando un grupo de patriotas izó la bandera nacional en la colina de Capotillo, en la provincia de Dajabón, el 16 de agosto de 1863.
La anexión, impulsada por el presidente Pedro Santana, había generado un profundo descontento en amplios sectores de la sociedad. Agricultores, comerciantes, intelectuales y antiguos combatientes de la Independencia de 1844 vieron en la medida una traición al sacrificio hecho para liberar la patria del dominio haitiano.
Con Antonio María Imbert, Santiago Rodríguez, Gaspar Polanco, Sotero Blanc y otros valientes al frente, el movimiento restaurador se extendió rápidamente desde la frontera hacia todo el territorio nacional. Durante dos años de intensas batallas, los restauradores enfrentaron a las fuerzas coloniales españolas con tácticas guerrilleras, firme determinación y un espíritu inquebrantable de libertad.
El general Sotero Blanc, estratega militar y figura clave en la zona fronteriza, desempeñó un papel decisivo en la coordinación de las ofensivas que aseguraron importantes victorias para la causa restauradora. Su liderazgo, junto con el de los demás próceres, fortaleció la moral de las tropas y unificó a las comunidades en torno al objetivo común de recuperar la independencia.
Finalmente, el 3 de marzo de 1865, la Reina Isabel II de España emitió el decreto que puso fin a la anexión, reconociendo así el fracaso de la ocupación y la victoria de los restauradores. La República Dominicana recuperó su independencia, convirtiéndose en uno de los pocos países en el mundo en lograrla por segunda vez.
Hoy, autoridades, instituciones educativas y organizaciones sociales de todo el país realizan actos conmemorativos en honor a los héroes y mártires que ofrendaron sus vidas en defensa de la soberanía. El Grito de Capotillo y la Gesta Restauradora no solo representan un triunfo militar, sino también un recordatorio del compromiso y la valentía de un pueblo dispuesto a luchar por su libertad.
“La Restauración es un ejemplo vivo de que la patria se defiende con el alma, el corazón y la unidad de su gente”.
La historia sigue enseñando que, más allá de las armas, fue la voluntad indomable de un pueblo la que hizo posible que ondeara nuevamente la bandera tricolor en los cielos dominicanos.
